Descubre cómo Assassin's Creed ha revolucionado el mundo de los videojuegos, desde sus orígenes con Altair hasta las nuevas entregas como Mirage y Hexe. Analizamos la evolución de sus mecánicas, narrativa y escenarios, explorando el equilibrio entre el sigilo clásico y el enfoque RPG moderno.
Desde su lanzamiento en 2007, la franquicia Assassin's Creed ha revolucionado el mundo de los videojuegos, pasando de ser una aventura arcade sobre asesinos medievales a una serie monumental con mecánicas RPG y una trama enigmática. La primera entrega sentó las bases del parkour libre por los tejados, el sigilo entre multitudes y los combates basados en contraataques con espada. El conflicto central -la guerra entre la Orden de los Templarios, que buscan controlar a la humanidad, y la Hermandad de los Asesinos, defensores de la libertad- se estableció desde el inicio. Ambientada en Jerusalén durante las Cruzadas, la entrega original enseñaba los fundamentos del parkour y el sigilo. Con cada nuevo título, Ubisoft reforzó estos pilares: parkour, sigilo y asesinatos selectivos, conceptos que se mantienen hasta en Mirage, juego que según los desarrolladores, regresa a las raíces de la saga. Además de los videojuegos, la franquicia ha dado lugar a cómics, libros y hasta una película, pero su mensaje esencial permanece intacto. Para 2016, se habían vendido más de 100 millones de copias, consolidando Assassin's Creed como uno de los proyectos más importantes de Ubisoft.
En la primera entrega, el asesino Altair ibn La-Ahad se cruza con figuras históricas y leyendas sobre los Precursores (Isu), una antigua civilización creadora de las tecnologías conocidas como los Frutos del Edén. Esta narrativa sobre artefactos y civilizaciones perdidas se convirtió en el trasfondo común para toda la saga. Sin embargo, el núcleo de Assassin's Creed siempre ha girado en torno al enfrentamiento entre Abstergo (templarios modernos) y los asesinos. Abstergo buscaba información sobre los artefactos en la memoria genética de los antiguos asesinos, utilizando la máquina Animus, lo que justificaba las misiones retrospectivas en los siglos XI al XIII. Desde el punto de vista jugable, las primeras entregas destacaron por el parkour libre por las ciudades, los combates con múltiples enemigos (sistema de contraataques) y la mecánica básica de sigilo, como mezclarse con la multitud y usar la visión de águila.
Las siguientes entregas -Assassin's Creed II, Brotherhood y Revelations- trasladaron la acción al Renacimiento italiano. Ezio Auditore, en la Florencia, Venecia y Roma del siglo XV, se convirtió en uno de los personajes más queridos, y muchos consideran sus aventuras como lo mejor de la saga. Estas entregas ampliaron el sistema de combate (dos hojas ocultas, armas arrojadizas, encadenamiento de ataques) y mejoraron las posibilidades de parkour y trampas. Los desarrolladores pusieron especial énfasis en la dinámica y verticalidad, potenciando el desplazamiento por tejados y acelerando las animaciones, una filosofía también adoptada en Mirage. Aunque el gameplay se mantenía similar, la trama creció en complejidad, pasando del drama personal de Ezio al contacto con los últimos representantes de los Precursores en Constantinopla. El Animus seguía conectando el pasado y el presente, añadiendo un componente místico característico de la saga.
La siguiente trilogía expandió el alcance de la serie. Assassin's Creed III (2012) fue la primera en llevar la acción al Nuevo Mundo, en vísperas de la Revolución Americana (1753-1784). Tras tres años de desarrollo y una nueva versión del motor Anvil Next capaz de mostrar hasta 2000 NPCs simultáneamente, el resultado fue un entorno mucho más grande y diverso: bosques, montañas y pueblos que reflejaban la naturaleza y las grandes batallas de la época, alejándose del "jungla urbana" de entregas anteriores.
Un año después llegó Assassin's Creed IV: Black Flag, la entrega pirata. Por primera vez, los jugadores podían comandar un barco, navegar por el Caribe, librar batallas navales contra flotas templarias y explorar islas. Esta mecánica renovó el gameplay y es considerada una de las mejores experiencias de la saga por los fans.
Después, Assassin's Creed Unity (2014) volvió a Europa, situándose en el París de la Revolución Francesa. Unity destacó por la recreación detallada de la ciudad y la introducción del modo cooperativo para cuatro jugadores. Aunque mantuvo la jugabilidad clásica, fue tristemente célebre por sus problemas técnicos al lanzamiento. La atmósfera de terror y agitación en las calles de París marcó la experiencia, con el asesino Arno Dorian luchando y moviéndose entre multitudes.
Este período demostró que la franquicia podía trasladar a los jugadores de las junglas de Norteamérica a las torres de París, manteniendo siempre las características de sigilo, ampliando el mundo y añadiendo nuevas herramientas, como la navegación naval de Black Flag.
Assassin's Creed Origins (2017) marcó un punto de inflexión como la primera entrega de la trilogía de la Antigüedad, "reiniciando" la saga con mecánicas RPG. Ubisoft implementó niveles de personaje, árboles de habilidades, un sistema de loot y misiones, transformando la experiencia habitual. Origins trasladó la acción al Antiguo Egipto, desde el Nilo hasta las pirámides, combinando sigilo con grandes batallas en el desierto. El parkour cedió protagonismo a una jugabilidad más táctica, mientras que el sistema de combate se volvió más caótico y variado debido a la diversidad de armas y enemigos. Sin embargo, la esencia de la serie se mantuvo: los tres pilares seguían presentes, aunque relegados a un segundo plano, algo que también se menciona en Mirage.
Tras Origins llegó Assassin's Creed Odyssey (2018), ambientada en la Antigua Grecia, con opción de elegir el género del protagonista, exploración naval y aún más elementos RPG. Assassin's Creed Valhalla (2020) regresó a la Edad Media, llevando a los vikingos a Inglaterra en el siglo IX. Valhalla mantuvo el enfoque RPG: el "nivel de poder global" reemplazó al nivel clásico y el equipamiento ofrecía bonificaciones a distintas habilidades, como el "árbol del oso" para combate o el "árbol del cuervo" para sigilo. Los desarrolladores subrayaron que Valhalla expandía la fórmula de Origins y Odyssey, sin perder los elementos clásicos de la saga: sincronización de torres, hojas ocultas y misiones de sigilo, todo bajo una estética vikinga. Así, el enfoque RPG se convirtió en el nuevo eje, pero las técnicas originales siguieron integradas.
Valhalla representó la culminación del enfoque RPG: introdujo incursiones a asentamientos anglosajones, la construcción de bases propias, combates multitudinarios, navegación y elementos de supervivencia, convirtiéndose en una de las entregas más ambiciosas de la saga.
En 2023, Assassin's Creed Mirage surgió como respuesta de Ubisoft al cansancio de algunos fans con los extensos sistemas RPG. Mirage se sitúa "entre épocas", recuperando ideas originales: un mundo más compacto y centrado en el sigilo. Según los productores, Mirage mezcla el estilo clásico con la experiencia moderna, volviendo a los orígenes pero con matices actuales. Ambientado en el Bagdad del siglo IX, el mapa es más pequeño que el de Valhalla y sus calles son más densas y dinámicas. El parkour tiene un aire "oriental": Basim escala estructuras y edificios abandonados al estilo de Altair o Ezio, facilitado por animaciones mejoradas. La densidad urbana y las multitudes devuelven protagonismo al sigilo clásico: los enemigos pierden fácilmente de vista a Basim entre la gente, permitiendo asesinatos inesperados al estilo de Altair. Es un intento de equilibrar las mecánicas RPG y el sigilo tradicional: Mirage conserva el sistema de asesinatos y habilidades, pero evita la necesidad de gestionar decenas de estadísticas como en Odyssey o Valhalla.
Tras Mirage, Ubisoft vuelve a expandir horizontes. En Ubisoft Forward 2022 se anunciaron dos nuevos títulos: Codename RED (ambientado en el Japón feudal) y Codename HEXE. Sobre Hexe, se sabe poco, pero filtraciones sugieren una ambientación oscura en el Sacro Imperio Romano Germánico del siglo XVI, durante la caza de brujas. La protagonista sería Elsa, quien busca vengar a su madre, ejecutada por brujería. Ubisoft confirmó que el proyecto está a cargo del experimentado equipo de Ubisoft Montreal, liderado por Clint Hocking, y que el juego presentará una jugabilidad muy diferente a los anteriores. Según los rumores, Hexe será más lineal y oscura, aunque mantendrá un mundo abierto. De Beyond apenas se conocen detalles; parece ser un nombre en clave para un futuro proyecto. Ubisoft solo ha adelantado que la saga continuará y que los nuevos títulos se agruparán en el hub "Animus Infinity", pero los detalles permanecen en secreto.
A lo largo de los años, la saga ha experimentado multitud de cambios y diversificaciones. El gameplay de Assassin's Creed se centraba originalmente en el parkour libre por ciudades y combates directos contra grupos de enemigos; estos elementos se fueron perfeccionando, y en Mirage el parkour es más acrobático y fiel al espíritu de las primeras entregas. El combate evolucionó de sencillos ataques con espada a complejas combinaciones y nuevas animaciones, incluyendo disparos y ataques contundentes en las entregas más recientes. El sigilo también cambió: en los primeros juegos se podía pasar desapercibido entre la multitud y asesinar en el momento preciso; en Mirage, la densidad de multitudes refuerza la mecánica clásica del "asesino oculto".
El mayor experimento fue el salto a las mecánicas RPG en Origins, Odyssey y Valhalla: niveles de personaje, desarrollo de habilidades, árboles de talentos y botín, transformando la saga en un action-RPG. En Valhalla, por ejemplo, el sistema clásico de niveles desapareció en favor de un "nivel de poder global" basado en habilidades. Sin embargo, incluso tras estos cambios, los elementos RPG complementaron, pero no sustituyeron, las raíces de Assassin's Creed: sincronización de mapas, hojas ocultas y asesinatos sigilosos siguen siendo esenciales para el espíritu de la serie.
En cuanto a la narrativa, Assassin's Creed ha pasado de una simple historia de Altair contra los templarios a una mitología compleja. El conflicto entre asesinos y templarios atraviesa la historia, desde los Precursores (Isu) y sus artefactos -los Frutos del Edén- hasta la actualidad. Como se ha dicho, "el enfrentamiento entre asesinos y templarios es la eterna lucha entre libertad y orden", aunque la serie presenta matices en ambos bandos. En las entregas más recientes, la historia corporativa de Abstergo cobra protagonismo: los templarios, bajo ese nombre, desarrollan el Animus para manipular la memoria genética y reescribir la historia a su favor. Así, la trama se complica, alternando relatos del pasado (Animus), intrigas modernas (corporaciones y tecnología) y leyendas ancestrales sobre los Isu.
Los escenarios también han evolucionado junto a la saga. Las primeras entregas nos llevaron por Oriente Medio durante las Cruzadas, luego por la Italia renacentista y Constantinopla, más tarde por la América revolucionaria y Francia, el Londres victoriano, la África y Grecia antiguas. Ubisoft destaca que la saga ha recorrido el mundo: de la Grecia y Egipto antiguos a Londres y París, y ahora se abre a nuevas regiones. Enumerar todos los escenarios es difícil, pero los más relevantes incluyen: las Cruzadas, el Oriente Medio medieval (Altair), el Renacimiento italiano y el Imperio Otomano (Ezio/Revelations), la América moderna, batallas navales caribeñas, las revoluciones del siglo XVIII-XIX (Unity/Syndicate) y, finalmente, la Antigüedad y la era de los bárbaros. El próximo Codename RED apunta a Japón feudal, Hexe a la Europa de la caza de brujas, y Beyond será, presumiblemente, un nuevo experimento.
En resumen, la saga Assassin's Creed es un caleidoscopio coherente pero en constante evolución: sus mecánicas y temáticas mutan en cada capítulo, adaptándose a las tendencias modernas (RPG, mundo abierto) y manteniendo las tradiciones del "asesino oculto". Cada juego retiene el parkour y el sigilo como base, pero experimenta con sus formas. La evolución de Assassin's Creed ha sido impresionante: de un simple entretenimiento sobre asesinos, se ha convertido en una epopeya sobre la libertad, el destino de las civilizaciones y el papel de la tecnología en la sociedad. El futuro promete giros igual de fascinantes, ya que la historia de la Hermandad y sus adversarios continúa.